Haz montones donde pongas tus libros uno encima del otro. Haz montones con libros del mismo tamaño o juega con tus formatos: por ejemplo, los libros más grandes en la parte inferior y los más pequeños en la parte superior. Pon encima o entre tus pilas pequeños elementos decorativos. Piensa por ejemplo en las velas (¡presta atención, porque el papel es inflamable, por supuesto!), pequeños jarrones con flores, una rama de eucalipto o un recuerdo de tu último viaje ... Atención: ¿tienes que sacar ciertos libros de tu armario a menudo (como los libros de referencia que necesitas para tu trabajo o estudios)? Si es así, no pongas esos libros en el fondo. Esto te ahorrará tener que cavar y escarbar innecesariamente en tu pila de libros.
¿En un estado de ánimo creativo? Alterna entre pilas y libros uno al lado del otro. Aquí también, tal vez se puedan añadir algunos elementos decorativos. ¿Encuentras los armarios abiertos un poco desordenados? Clasifica tus libros (y otras cosas) en cestas de almacenamiento o cajas. Distribuye tus libros de forma lógica sobre las cajas, por ejemplo, por género o idioma.
¿Te queda algo de espacio? Las estanterías no son sólo para libros. También los discos de vinilo, CDs, álbumes de fotos, DVDs o bellas revistas pueden merecer un espacio en su librería. Sobre todo, dale tu propio toque, eso sólo lo hace más divertido.