Tendencia vista: bonitas velas
Admitámoslo: las velas ocupan un lugar especial en el corazón de cualquier amante del interior, ¿no es así? Estas fuentes de calor y luz se asocian siempre a lo acogedor, al ambiente y – ¿por qué no? – al romanticismo. Sin embargo, lo que no siempre tenemos en cuenta es que de vez en cuando surgen nuevas tendencias en el segmento de las velas. Te explicaremos cuáles son las últimas tendencias en velas y por qué.
Seguimos usándo las velas. Ya miles de años antes de la invención de la electricidad y las lámparas incandescentes, las velas proporcionaban la luz y el calor que tanto necesitaba la gente.. Inicialmente en forma de rollo de papiro empapado en grasa o de auténtica cera de abeja. Muchos años más tarde Karl von Reichenbach inventó la parafina y las velas de repente se volvieron mucho más baratas. Hoy en día por supuesto, ya no necesitamos velas para iluminar o calentar nuestros hogares, pero eso no significa que las velas hayan perdido su popularidad. Seguimos comprándolas y encendiéndolas en nuestros hogares. Como elemento acogedor adicional durante una cena romántica, para crear ambiente durante un agradable baño relajante, como iluminación exterior en la terraza o durante todo tipo de rituales. Hoy en día, las velas siguen siendo un elemento indispensable en nuestros hogares, aunque cada vez hay más formas en el mercado. Incluso hay verdaderas tendencias de velas.
Tendencia 1: cera ecológica
La concienciación sobre el cambio climático es cada vez mayor. Cada vez hay más gente que quiere vivir de forma consciente, prestando atención a nuestro entorno. Las velas pueden desempeñar un papel en este sentido. Porque por muy acogedoras que nos parezcan esas luces parpadeantes, las sustancias que se liberan cuando se queman no son tan buenas para el medioambiente. Esto no es el caso cuando se eligen velas hechas con cera natural. Puede ser cera de soja, de abeja o de colza. Puede que sea un gesto pequeño, pero es un gesto que marca la diferencia en nuestro entorno. Y muchos pocos hacen un mucho.
Tendencia 2: velas en tarros
Los tarros de cerámica tienen buena acogida en nuestros hogares, pero también estamos viendo aparecer cada vez más velas en tarros de cerámica. Más sencillo es imposible. En lugar de buscar bonitos fotóforos o macetas, consíguelo todo de golpe. Simplemente compra un tarro de cerámica con vela. Y cuando la vela se consume, queda un encantador bote de cerámica. Siempre sales ganando.
Tendencia 3: velas retorcidas
Hoy en día se ven por todas partes: largas velas de cena en forma de espiral. Actualmente son lo más moderno que ofrece el mundo de las velas. Y lo más divertido: las hay en todo tipo de colores y en grupos. Puedes optar por combinar todos los tonos de una misma paleta de colores o seleccionar colores contrastados. Un pequeño consejo: en Internet puedes encontrar muchos tutoriales para dar un giro a tus propias velas, calentándolas primero y retorciéndolas después con mucho cuidado. Por desgracia, no funciona bien con todas las velas; muchas veces la capa de color da problemas. ¿Quieres conseguir una vela retorcida sin ningún riesgo? Es más seguro comprar una (en la tienda) ya hecha.
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Tendencia 4: candeleros
Junto con las velas retorcidas, también han vuelto los candeleros. Por supuesto , siempre han existido, pero ahora han vuelto a hacer su aparición. Sugerencia: es bonito combinarlos con esas preciosas velas retorcidas. Combina libremente diferentes formas, colores o materiales. Por ejemplo, diferentes modelos de candeleros de cristal, diferentes alturas...
Tendencia 5: las velas artificiales que parecen reales
Las velas tradicionales no te convencen? Opta por una alternativa fácil y segura: las velas con pilas. La ventaja es que puedes seguir usándolas incluso cuando no estés cerca. Los niños y los animales domésticos no corren ningún riesgo y siempre están iguales de bonito. Además, si optas por pilas recargables, también son respetuosas con el medio ambiente. Ideal para aquellas personas que quieren disfrutar de la característica acogedora de las velas, sin preocuparse por situaciones peligrosas o inflamables.
